martes, 13 de noviembre de 2012

Mi madre siempre tiene razón


“Hace tiempo leí que con 50 años habremos conocido a lo largo de nuestra vida a unas 20.000 personas. Haciendo una regla de tres, obtuve que un joven de 15 años habría conocido aproximadamente a 6.000 personas. Pongamos que la mitad de esas personas, es decir 3.000 son hombres y la otra mitad mujeres. Y supongamos que de esos 3.000, solo 1/3 están dentro del margen de edad en el que se incluyen todas las personas con la que podríamos tener una relación. Es decir, descartamos 2/3, donde se encontrarían aquellas personas de las que nunca podríamos enamorarnos: familiares cercanos, ancianos, niños pequeños... Nos queda el siguiente número 1.000. De todas esas personas, nos enamoramos de una sola. Estamos hablando de una milésima parte 0,001. Y a su vez, esa persona se enamora de una sola entre 1000. De esta manera, la probabilidad de que la persona de la que uno se enamora sea precisamente la persona que se enamora de uno, es según las matemáticas (1/1.000) · (1/1.000), lo que es igual a una posibilidad entre un millón, 1/1.000.000. Así que, si  se diera esa improbable situación de poder estar con la persona que quieres, que el destino ignorase las otras 999.999 opciones y convirtiera esa única probabilidad que había entre un millón, en un hecho, en una realidad, ¿qué sentido tendría no aprovecharla, qué más da lo que venga luego, qué importa lo complicadas que sean las circunstancias? Si lo más difícil, lo que tenía una posibilidad entre un millón de ocurrir, ya ha ocurrido.”

Mucha gente nunca se enamora a lo largo de su vida y yo con tan solo 20 años puedo decir que he tenido la suerte (¿o no?) de enamorarme, no una, sino dos veces. No, no me arrepiento de haber querido a ninguna de estas dos personas porque era lo que sentía en ese momento. Di lo mejor de mí, en las dos ocasiones, pero ninguna de las dos salió bien.

La primera de todas se fue desgastando con la distancia. “Si dos personas se quieren de verdad soportan hasta la más grande de las distancias”. Quizás si, pero yo he vivido lo que es no tener a esa persona cerca, no poder ver su sonrisa, besarle, o poder darle un simple abrazo. Si, existen los ordenadores, el móvil o incluso las cartas, pero NO es lo mismo. Personalmente lo pasé muy mal, soy una persona muy cariñosa y necesito sentir a la persona que quiero cerca y la distancia me fue superando día a día, y a él también. Así, que mutuamente decidimos dejar la relación. Creo que fue la mejor decisión, o al menos eso decía mi madre.

La segunda….se acabó hace poco. Creía que él era “mi excepción”, y me equivoqué, otra vez. Lo di todo, y más. Aun así, no recibí nada a cambio. No puedo decir de él que es una mala persona porque no lo es. Simplemente, pensamos y sentimos de forma distinta. Él nunca anteponía sus sentimientos hacía mí. Nunca fui su primera opción, el trabajo o los estudios siempre estaban por encima de mí. No digo que eso no sea importante, que por supuesto que lo es (y más con los tiempos que corren), pero si realmente quieres a alguien sacas tiempo de debajo las piedras, aunque sean cinco minutos. A pesar de eso, me repitió y me hizo creer que me quería y que habría un “para siempre”. De un día para otro me suelta que se va a vivir fuera, un año, sin ni siquiera consultármelo antes. Me dice que se ha acabado, que las relaciones a distancia no funcionan. Y me lo dice a mi ¿sabéis? Yo, que mejor que nadie sé lo que se siente al tener lejos a la persona que más cerca quieres tener. Pues no, ni me pidió opinión ni nada. Simplemente, me voy, se acabó. Eso es lo que le importaba, nada. Lo más grave de todo es que yo por él, estaría dispuesta a volver a pasar por una relación a distancia (esta vez de MUCHOS más kilómetros) y mucho más. Pero no, no voy a dar un paso más por alguien así, ya no. Creo que me merezco algo mejor. Des de que me soltó la gran bomba no hemos vuelto a hablar, ni tan siquiera ha sido capaz de preguntarme cómo estoy…Otra vez más, se confirma mi teoría, le importaba una mierda, y bien grande. Mi madre llevaba tiempo advirtiéndome, pero supongo que yo no quería verlo. Las madres siempre tienen razón, o al menos, la mía sí.

Así que aquí estoy, tras dos relaciones amorosas sin final feliz. Pero ¿sabéis qué? No pienso deprimirme ni soltar una lágrima más, porque no me lo merezco. Ahora es el momento de encontrarme a mi misma, de vivir la vida cómo yo quiera, es el momento de ser feliz. Y no tengáis ninguna duda que lo voy a conseguir!


.~África~.

10 comentarios:

  1. Esta entrada me ha parecido muy interesante. Tenemos más o menos la misma edad y exactamente el mismo número de experiencias amorosas serias, aunque yo jamás he vivido una relación a distancia tengo amigas muy cercanas que sí. Son tremendamente difíciles y 1 de cada muchas sale bien. Como bien dices, las posibilidades de que un amor llegue a triunfar son escasas, pero siempre llega y creo personalmente que vale la pena esperar :)

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    1. Muchas gracias! Totalmente de acuerdo contigo. Seguiremos esperando, eso no lo dudes. La esperanza es lo último que se pierde :)

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  3. vale la pena esperar esa persona que como dices tu 1 en 1 000000 y te recomienedo vive la vida porque es como una montaña rusa sube y baja pero lo mas importante solo se vive una vez y las personas van y vienen así que no te deprimas y mucho menos con tu segunda persona pero llegara alguien que te remplase todo el dolor que as tenido

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    1. Seguro que mientras quede una posibilidad entre un millón vale la pena! Gracias por los ánimos!! Estoy seguro que llegará :)

      Besitos!

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  4. Bueno quisiera pedirte consejo, tengo 15 años y con mi edad actualmente la mayoría de las chicas han tenido ya más de un novio, sin embargo yo no, no he tenido ni uno. Me gustaría saber si merece la pena arriesgarse para cuando me llegue la hora, porque aun no lo considero oportuno la verdad. Besitos

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    1. Mi humilde consejo es que eres muy joven aún. Y si no ha llegado ningún chico es porque aún te queda mucho por recorrer. No te obsesiones con ello. Yo tampoco tuve ningún novio hasta los 16! Yo soy de las que piensa que siempre vale la pena arriesgarse si es lo que sientes de verdad, porque si no siempre acabas pensando ¿qué hubiera pasado si..? Cuando llegue en momento indicado escucha a tu corazón y el te dirá qué hacer.

      Besitos!

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    2. Muchas gracias, casi me haces llorar! :)

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    3. Pues no llores! No tienes que darme las gracias de nada! Gracias a ti por leernos :)

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