Cuando
escribes en el ordenador y te equivocas es fácil: haces clic en “deshacer”. Si te
equivocas escribiendo a mano: usas “tippex”. Pero si te equivocas en el
intento de escribir tu vida, eso ya es un poco más complicado.
Si existiera un botón para deshacer nuestros errores, todo sería más fácil. Un descuido, un error, un desliz y todo cambia, no puedes hacer borrón y cuenta nueva. Pero si existiera una forma de volver atrás y corregir lo que hemos hecho mal ¿quién no lo haría?
Vivimos sin
darle importancia a los detalles, a los cambios sutiles,
cotidianos, y ese detalle mínimo, es el que nos puede cambiar la
vida. Una
palabra no dicha a tiempo, un gesto a destiempo y lo que era la solución a
nuestros problemas, pasa a ser un problema. Creemos que las grandes tragedias
son las causadas por grandes errores, pero a veces un detalle es el aleteo de
la mariposa que desata la tormenta, y una vez desatada la tormenta es cuando
uno quiere volver el tiempo atrás. Pero no, no podemos volver al pasado, no podemos
frenar el efecto mariposa. Siempre se puede cometer un error, pequeño,
insignificante. Nadie es perfecto.
Causa y
efecto. Un pequeño error puede llegar a producir grandes
cambios, una mariposa
que produce un huracán. Detalles, pequeños fallos, descuidos que escapan de
nuestro control. No, no podemos controlar todo. Pero eso no implica que dejemos
de vivir, de luchar. A veces, hay que correr el riesgo de equivocarnos, porque
la única manera de saber si realmente es un error, es cometiéndolo.
.~África~.
No hay comentarios:
Publicar un comentario