viernes, 6 de febrero de 2015

Tant de bo (Ojalá)

Ara entenc les llàgrimes, totes les ensopegades…Ara entenc perquè vaig estar equivocada en braços d’altres i el perquè d’aquells petons que no van durar per sempre. Ara més que mai entenc el perquè de totes aquelles persones que han passat per la meva vida. Entenc tot el que he aprés d’elles, el que m’han pres i el que m’han donat. Entenc tot el dolor, encara que immerescut en moltes ocasions, ha sigut necessari. Ara entenc el perquè...Perquè havies d’arribar tu, amb el teu preciós somriure i canviar-ho tot.
Fas màgia amb mi. Fas que tot el meu món s’ompli de color, d’autenticitat i de moments de veritat. M’has omplert de vida, d’energia, d’un amor capaç d’elevar-me sense aixecar els peus de terra. M’ensenyes a respirar sense dificultat. Et miro i sento aquell no sé què que em fa tremolar, que aconsegueix tornar-me boja, que el meu cor s’acceleri. Fas que tregui la millor versió de mi, i al teu costat he crescut com a persona. Ens complementem a la perfecció i junts, som indestructibles.
Gràcies a tu ara sóc més feliç que mai, i no canviaria cap moment viscut amb tu, perquè cadascun d’ells ha fet que ara estiguem on som.
I pot ser que no sigui per tota la vida (tant de bo que si), però almenys mentre ho és, que sigui de veritat.
Ahora entiendo todas las lágrimas, todos los tropiezos...Ahora entiendo porque estuve tan equivocada en brazos de otros y el porqué de esos besos que no duraron para siempre. Ahora más que nunca entiendo el porqué de todas aquellas personas que han pasado por mi vida. Entiendo todo lo que he aprendido de ellas, lo que me han quitado, lo que me han dado. Entiendo todo el dolor, aunque inmerecido en muchas ocasiones, ha sido necesario. Ahora entiendo el porqué…Porqué  tenías que aparecer tú, con tu preciosa sonrisa y cambiarlo todo.
Haces magia conmigo. Haces que todo mi mundo se llene de color, de autenticidad i de momentos de verdad. Me has llenado de vida, de energía, un amor capaz de elevarme sin levantar los pies de tierra. Me enseñas a respirar sin dificultad. Te miro y siento aquel no sé qué que me hace temblar, que consigue volverme loca, que mi corazón se acelere. Haces que saque la mejor versión de mí, y a tu lado he crecido como persona. Nos complementamos a la perfección y juntos, somos invencibles.
Gracias a ti ahora soy más feliz que nunca, y no cambiaría ninguno de los momentos vividos a tu lado porqué cada uno de ellos ha hecho que estemos donde estamos.
Y puede ser que no sea para toda la vida (ojalá que sí), pero al menos mientras lo es, que sea de verdad.

lunes, 16 de junio de 2014

Gracias por aparecer

Hay personas que entran a tu vida y lo cambian todo. Personas que te ayudan a valorar el que realmente importa, los pequeños detalles, aquellas pequeñas cosas. Una mirada de aquellas que lo dicen todo, tus ojos, la manera en que me sonríes, abrazos especiales, tus manos, despertar a tu lado, tus labios, tus besos...todos aquellos detalles que hacen que la vida merezca la pena siempre y cuando te tenga a mi lado. Porque eres de aquellas personas que aparecen y hacen que nada importe pero que a la vez todo empiece a importar. Y hoy hace exactamente medio año que mi vida ha cambiado porque te tengo a mi lado y soy más feliz que nunca. Gracias por aparecer. 

.~África~.

jueves, 6 de febrero de 2014

Porqué me haces feliz

Hoy hace dos meses de ese primer beso. Ese beso sin querer pero queriendo se ha convertido en un querer constante. El querer tenerte a centímetros y dejarme llevar. Me haces sentir como hace tiempo que no lo hacia, es más, empiezo a dudar si alguna vez me he sentido así. Y ahora me preguntarás: como te sientes? Pues hasta a mí me cuesta ponerle palabras a este sentimiento...Tenerte cerca es como ver esa rendija de luz entre tanta oscuridad, con tu sola presencia haces que el blanco y negro se tiña a color. Siempre consigues sacarme una sonrisa, incluso en los peores momentos. Has conseguido que vuelva a sentirme como una niña, contigo todo es más fácil, las cosas surgen sin tan siquiera planearlas. Te echo de menos cuando no hablamos y me muero de ganas de verte cuando hace días que no lo hago. Con el tiempo te has convertido en alguien muy especial e importante para mi. No sé, quizás me esté enamorando de ti, pero lo único que tengo claro ahora mismo es que eres el motivo de mi sonrisa, y espero que siga siendo así durante mucho tiempo.

Porqué me haces feliz. 


.~África~. 



sábado, 21 de diciembre de 2013

Juego de niños

Dicen que cuando menos te lo esperas es cuando surgen las mejores cosas, y quizás no se equivocan del todo. Apareciste en mi vida sin tan siquiera planearlo, pero cuando más lo necesitaba. No me esperaba encontrar a alguien tan especial cómo tú. Alguien capaz de hacerme sonreír con la más mínima tontería. Alguien con quien no tengo que fingir y puedo ser yo misma. Alguien con quien las cosas van surgiendo sin forzarlas. Contigo todo es tan fácil...cómo dice Efecto Pasillo en su canción: "La vida se convierte en un juego de niños cuando tu estas junto a mi". La verdad es que no sé cómo acabará todo esto, pero ¿sabes qué? Tampoco quiero pensarlo. Solo quiero disfrutar cada momento a tu lado cómo si fuera el último y ir creando recuerdos imposibles de olvidar. Porque de algo sí estoy segura: esto solo es el principio de algo muy especial. 


.~África~.

domingo, 27 de octubre de 2013

Asco de sociedad

Decepción tras decepción acabas desconfiando hasta de tu propia sombra. ¿Qué coño he hecho mal? Podría pasarme horas recriminándome a mi misma todo lo que hago mal, pero creo que en este caso el error no está en mí. 

La gente cada vez me sorprende pero a peor. ¿En qué nos hemos convertido? La sociedad parece estar repleta de gente que solo piensa en si misma, hacen lo que sea para conseguir lo que quieren sin tener en cuenta quién puede salir perjudicado. Promesas incumplidas, mentiras, traiciones...

Estoy harta, harta de ser la "buena persona" que lo perdona todo y salir siempre perdiendo. Quizás la solución sea ser como los demás, empezar a pensar primero en mi y no en todo lo que me rodea. Y quién sabe, aunque ahora parezca imposible, quizás hasta lo consiga. 


.~África~.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Cuando te encontré


Cuando te encontré
Prólogo

Carinyo, el dia 28 fas 21 anyets i si estigués a les meves mans et regalaria tota la felicitat del món. Des de que vas aparèixer  la meva vida  va fer un canvi radical, mai m’hauria imaginat que un dels meus somnis es fes realitat, TU. Potser algun dia publicaré aquesta historia però  ho faci o no, el meu protagonista ha de tenir el seva versió.

Hacía mucho que no escribía, no he tenido demasiado tiempo aunque tampoco pretendo justificarme, si hubieron momentos no supe encontrarlos. La verdad es que mi vida en estos momentos… es diferente a la de hace algunos meses, nadie puede llegar a imaginarse lo feliz que soy.

Bueno no me  prolongaré poniendo excusas, creo que  ha llegado el momento de explicar la verdadera historia, mi historia, la de aquella chica que escribía: el amor es un bonito sueño, uno perfecto, ojala lo encuentre pero quizás solo sea eso...un magnifico sueño.

Pero la realidad y el destino siempre se guardan un as en la manga y decide ponernos  a prueba rompiendo nuestros esquemas

 Todo comenzó hace ya casi 6 meses…

Un día por la noche, salí de fiesta con algunos amigos. África y yo comenzamos a comentar lo mal que habían funcionado nuestras vidas amorosas hasta aquel momento. Lo cierto sería decir que no dejábamos títere con cabeza sobre el sector  de tres patas de nuestra especie. Un buen amigo que escuchaba nuestra animada y profunda conversación decidió intervenir.  Él comentaba y con bastante razón que no todos los hombres eran iguales.

Jamás me habría imaginado como acabaría aquella charla enmarañada de tan distintas opiniones.

Nuestro amigo se dirigió a mi concretamente (supongo que por ser la que más calladita estaba, irónicamente hablando).  Me dijo: Abril, creo que deberías conocer a alguien, verás tengo un amigo y creo que por lo que explicas es algo así como tu chico ideal. Yo al principio lo miré un tanto escéptica,  supongo que algo cansada de mi suerte hasta aquel momento.

Comenzó a hablarme de su amigo y debo decir que capto toda mi atención, tenía ganas de conocer al chico que describía pero veía difícil llegar a conocerlo. Lo que yo no me esperaba es de que mi amigo empezará a hablar a su amigo de mí  por WhatsApp. Y  yo, entusiasmada por el momento, acabaría proponiendo hacernos una foto para que su amigo nos viera.

No me planteaba que su amigo pudiera pensar, que una pobre chica loca, lo intenta acosar. Bueno… tal vez un poco… vale…  mucho.

La cosa es que al final los dos dijimos: a ver, si un día de estos en alguna fiesta con más amigos, nos pudiésemos conocer.

Fue todo un poco locura, una divertida  pero a la que tampoco das mucha importancia  a causa del: momento, nervios, precipitación y supongo que al ser algo demasiado inesperado que no contabas con que sucedería.

Al día siguiente pasó algo, me había agregado al Facebook. Recuerdo que pensé: debe imaginar que estoy desesperada, que soy una salida o la opción más probable, mi  amigo le ha insistido más de la cuenta en que tiene que conocerme.

No deseaba que el conocernos fuera una obligación, tampoco que se sintiera  presionado, ni  que creyera que estoy desesperada o que soy una devora-hombres (no lo estaba y tampoco lo soy, pero me apetecía conocerlo).

Entonces decidí enviarle un mensaje, recuerdo que le escribí algo parecido a esto: Sé que esto de conocernos tan deprisa te resultara extraño, perdona si te ha molestado tanta insistencia por parte de nuestro amigo. Él me habló muy bien de ti y la verdad que  le dije  que  haber si algún día  te trae a alguna de nuestras salidas, por lo que me han explicado pareces muy buena persona, espero que no te haya parecido todo demasiado extraño.

La respuesta no tardó en llegar y comenzamos a hablar cada día un poquito.

Hubo un domingo que me pasé horas hablando con él por el Facebook, explicándonos supongo que pequeños recortes de nuestra vida.

La verdad es que me gustaba hablar con él, me encantaba abrir el teléfono y ver que me había un mensaje suyo, nunca habría podido imaginar lo difícil que me resultaría pasar un día sin noticias suyas y que mi parte preferida del día se transformaría en la que estuviésemos juntos. 

Supongo que todos aquellos pequeños momentos en los  que pasas con la persona  que amas se transforman en algo mágico, instantes en que la felicidad parece cubrir cada poro de tu piel y arroparte, es entonces cuando descubres que jamás olvidaras aquellos instantes porqué  ya han sido gravados muy dentro de ti.

El caso es que cada vez hablábamos más y un día me propuso quedar y   conocernos en persona. En seguida le dije que sí.

Quedé con él un sábado, sábado 9 de abril y creo que jamás olvidaré el momento en él que lo vi por primera vez. Yo estaba algo nerviosa, fui chocando con la gente porque  habíamos quedado en Barcelona y al ser la última parada del trayecto del tranvía, la gente se dirigía ajetreada hacia las puertas. Salí e iba a enviarle un mensaje diciéndole que ya había llegado, entonces sucedió.

Lo vi llegar corriendo  y con  su sonrisa, supongo que un poco desconcertado como yo por la situación y los nervios del momento. Entonces me miro con esos ojos verde azulados que tanto me gustan, una parte de mi quedó presa en aquella mirada.

Nos saludamos con dos besos en la mejilla, recuerdo las primeras palabras que crucemos con nervios los dos, eran  tímidas e indecisas. Dijimos algo acerca de lo curioso que era todo.  Yo, me sonroje cuando el pregunto el motivo del porqué había querido conocerle.

Creo que aquel día batimos un record sin saberlo, sin proponérmelo era de las veces que más rápido había caminado por Barcelona, supongo que el también debió pensar en que íbamos  un tanto rápido. Enseguida me propuso  ir a tomar algo en  un Starbucks cercano.

Como buena adicta a la vainilla, la primera de  las normas es: jamás renuncies frapuccino de vainilla. Subimos a la planta de arriba del establecimiento y continuamos  con nuestra animada charla, a veces  con más vergüenza  y otras como si no fuéramos dos extraños, sino dos personas que llevaban mucho tiempo esperándose.

Me comento que nuestro amigo se había ido de la lengua y le había dicho algo que yo le había preguntado sobre él. En aquel momento pensé en asesinar a alguien, pero hubiera preferido que se me tragara la tierra por un instante. Nuestro amigo se le había escapado comentar que yo le había preguntado, acerca de que intenciones  tenía él conmigo en aquella cita.

Después de aquel  incidente, decidimos que pasará lo que pasara, a partir de ahora sería mejor preguntarnos las cosas  directamente.

Acabamos nuestras bebidas y  decidimos dar otra vuelta. Mientras tanto, las  calles  se teñían de oscuro, en  Barcelona anochecía, pero era todo más mágico y especial que el resto de noches en la espléndida ciudad.

Ese día hablamos  y hablamos sobre todo él, no paraba de narrar diferentes detalles sobre su vida, forma de ser….me gustaba, me atraía como era, lo que explicaba.

Me llevo a cenar a un japonés,  como a mucha gente me encanta la soja y me entusiasmo la idea. Lo que no oculte demasiado fue mi gran agilidad con los palillos, enseguida me puse pérdida de soja, cuando tiré precipitadamente todo el sushi al recipiente de soja y está aterrizo sobre mi camisa. Él se intentó controlar pero los dos acabamos a carcajadas. Me encanto escuchar aquella risa contagiosa y alegre.

Acabemos de cenar entre risas, comentarios y verdades que contábamos aprendiendo uno del otro a pasos de gigante, diferentes  y parecidos al mismo tiempo, la ecuación tantas veces contada, la que ahora aparecía en mi vida y comprendía a la perfección.

Aun me parece escuchar una de las grandes frases que él pronuncio aquella noche: a esta cena invito yo,  pero si tú quisieras podríamos quedar otra vez y así me devolverías la invitación.  Sonreí, puse la mejor de mis sonrisas como si me acabaran de decir que sostenía toda la felicidad del mundo entre mis manos.

Nunca me ha gustado demasiado que me invitaran, siempre he sido de las que querían ir a medias con las compras, regalos, cenas… Pero me pareció un detalle muy bonito por su parte y la idea de la segunda cita era  justamente lo que en ese momento deseaba, tampoco me habría parecido mal dar un beso a aquellos labios. Me atraía y fascinaba, más que cualquier otra persona que hasta ahora hubiera conocido.

Le dije que estaría  encantada de volver a quedar con él y que por supuesto invitaría yo. Comenzaba a preguntarme como volvería a casa puesto que yo no vivo en la ciudad, enseguida afirmo que me acompañaría a casa  y que por mucho que insistiera en que no hacía falta, no cambiaría de opinión.

Paseamos por las calles, no hacia demasiado frio, por suerte ya estábamos en primavera, aun así tuve que ponerme la chaqueta. Esta vez caminábamos más despacio y también más pegados quizás por la suave brisa que recorría las calles, aunque tal vez no fue por eso...

Después de caminar  y pasar por un par de calles nos detuvimos en un edificio, sus ojos brillaron y de nuevo me dirigió esa mirada suya,  enseguida me dijo que él vivía allí, tal y como yo imaginaba.  Abrió la puerta del parking y enseguida me enseño su coche.  Sonrió al enseñármelo y por primera vez lo vi muy sonrojado, su coche tenía prácticamente nuestra edad. Y  vuelvo a repetir tenía... pero eso es otra historia.

Entramos en su coche y comencé a reírme una vez más, estaba lleno de raquetas, bambas y  curiosamente cada vez que examinaba el coche  y veía aquel desorden, más rojo se ponía él y yo más me reía. En fin… un bucle, uno encantador que inmediatamente  llego a su fin cuando   el motor ronroneo, bueno más bien hizo un gran ruido…quizás más parecido a un fuerte ronquido.

Me sentía cómoda,  había algo en él en esa mirada que me hacía sentirme como si ya nos conociéramos, como si siempre hubiésemos estado juntos,  fui guiándole  durante un buen rato hasta llegar a mi casa.

Paro el coche, yo le comente, de que en pocos días celebraría mi cumpleaños y que me encantaría que viniese a  la fiesta.

Muchas personas, pensarían que me precipitaba al invitarlo a algo tan personal, cuando solo hacia un día que lo conocía y era poco tiempo el que llevábamos hablando. A todas ellas les diría: la vida a veces está plagada de momentos en los que no sabes que ocurrirá, pero si no te arriesgas jamás  podrás responder a la pregunta: ¿qué habría sucedido si…?

Ojala todos los riesgos que corremos a lo largo de nuestra vida, fueran tan pequeños o resultaran tener tan magnifico final.

Después de hablar un poco, recuerdo que lo miré, lo vi acercarse, mi corazón empezó  a latir más fuerte,  todo dejo de existir, solo estaba él.  Se acercó más y más. Cada poro de mi piel se sonrojo, mi respiración se aceleró y el tiempo pareció detenerse, solo deseaba besar esos labios que ya estaban  rozando los míos.

Fue un beso suave, inocente, quizás  algo torpe  y juguetón pero diferente, era distinto al resto y que lo fuera me atrapo. Algo en mi interior cobró vida, todo había cambiado. Yo era la misma de hacía unos minutos  o tal vez…no.

Nos despedimos con la promesa de un mañana cercano y yo baje de aquel coche y flotando entre nubes, llegué a mi habitación. A mis padres  esa noche, no sé  si les hicieron falta muchas respuestas… la gran sonrisa que cubría mi rostro delataba cada efímero detalle de aquella noche.

Me deje caer en la cama, no sin antes  hablar con mi mejor amiga y agradecerle que también me hubiese animado a ir.

Miré mi móvil, le pregunté si había llegado a su casa, pensé en que quizás estaba de camino, así  que cogí el móvil para escuchar música, apareció  una de mis canciones preferidas y todo encajo, la canción se transformó en realidad.

The day we met,
Frozen I held my breath
Right from the start
I knew that I'd found a home for my heart...
... beats fast
Colors and promises
How to be brave?
How can I love when I'm afraid to fall?
But watching you stand alone
All of my doubt suddenly goes away somehow
One step closer
I have died everyday waiting for you
Darling don't be afraid I have loved you
For a thousand years
I'll love you for a thousand more

El móvil vibro y enseguida recibí su mensaje, diciéndome que ya había regresado a casa y que le había encantado estar conmigo.

Algo hizo click dentro de mí,  lo que había soñado, el tiempo que había esperado, todo lo que contaban aquellos libros, películas, canciones… Todo era cierto y ahora era real.

El fin de semana paso y cada vez sentía algo más especial, un sentimiento único era algo tan distinto a todo lo que había sentido. Mucha gente dice que la primera cita es siempre la que tiene más encanto. Yo no podría distinguir cuál de las dos citas fue más especial, no creo que ninguna de nuestras citas haya perdido encanto.

Siempre se recuerda  la primera porqué así fue como nos conocimos y toda historia  tiene su: Erase una vez. Pero  todas las veces que he quedado con él, no han dejado de ser especiales.

 La segunda vez que nos vimos, el vino a recogerme a la universidad yo por el impulso al verlo quise  darle un beso, el vergonzoso por la gente que nos miraba, se apartó, acabe  dándole un beso en la mejilla. En aquel momento me resulto extraño, no comprendí porqué  se alejaba.  Y ese pequeño detalle me hizo sentir algo triste. Aunque en seguida pensé en hablarlo más tarde.

Caminemos tranquilos durante  unos pocos minutos, fue él quien hizo que el silencio se desvaneciera. Me dijo que sabía que le   había querido dar un  beso pero que al estar rodeado de posiblemente conocidos míos y al ser solo la segunda vez que quedábamos, prefería ir despacio.

Aquella repuesta convenció  una parte de mí, aquella mitad que decía que tenía razón al pensar que era un poco pronto, a la otra decidí ignorarla, solo por esta vez. 

Siempre me había importado, la opinión  que tenía la gente sobre mí. Un día harta de pensar en estos, decidí poner punto y final, a partir de aquel entonces, no me  intentaría lo más  mínimo, por no decir una…  Bastante complicada es la vida, como para estar pendiente de gente a la que no importas en absoluto, más que para hacer salir algún estúpido comentario de sus gigantescas bocas.

Cogimos el metro y acabamos  por las Ramblas, en seguida se hizo la hora de comer y  esta vez invitaba yo, pero como yo  y mi gran  orientación  no nos acabamos d llevar bien, él me sugirió  un barecito dónde preparaban unos riquísimos bocadillos calientes.

Acabemos de comer otra vez entre risas, preguntas y palabras sinceras. Después de comer fuimos caminando  hasta llegar a la zona del maremágnum, allí había un jardín con césped donde mucha gente paraba a tomar el sol.

Decidimos tumbarnos en una zona  donde había un poquito de sombra. Recuerdo la calidez de sus labios, como nos abrazábamos por primera  vez, sus brazos estrechándome  y la sonrisa que se formaba en su rostro cada vez que nos separábamos. Las palabras temblorosas  y tímidas que pronunciábamos. No existía nadie ni nada más.

Los minutos y horas pasaban rápido, tanto que la hora de la despedida llega siempre con demasiadas prisas. Antes de irnos  volvimos a hablar de mi cumpleaños, quedaban muy pocos días para cumplir los 21 y yo cada vez tenía más ganas de celebrarlo, no solamente por ver a  todos  mis amigos.

 Cada día hablábamos, nos preguntábamos por nuestro día, lo que había sucedido.  Finalmente llego el día 19, mi cumpleaños.  Después de  2 o 3 horitas en la universidad, de una comida con mis padres y hermano   también de varias felicitaciones de familiares, amigos y conocidos, llego la tarde y ella atrajo a la  tan esperada noche.

Esa noche me arregle un poco más de lo habitual, me recogí el pelo  con la ayuda de mi madre en una especie de moño trenzado y  cogí del armario el vestido azul que había reservado para aquel día, junto a unos taconazos  sobre los que probablemente no duraría demasiado rato. 

Quede con África  antes que con el resto, ella me había preparado un par de regalos y detalles de esos que aunque pasen años consigues recordar con facilidad. Después fuimos hasta el restaurante donde habíamos quedado con el resto.

Mis amigos fueron apareciendo aunque su puntualidad  al igual que la de mi protagonista, no es una de sus virtudes, fueron llegando  y ya adivinareis quien vino el último.

Cuando lo vi me levanté  de  inmediato, tenía mis dudas: como saludarle delante de todos, presentarlo, que decir a mis amigos… Pero como siempre, con él todas mis dudas se desvanecen, me abrazo, nos miramos, sonreímos y entonces me beso. Un beso  mágico, que consigue que alcances una realidad distante a la presente. Después de esto ya no hizo falta aclarar mucho más.

Se sentó junto a mí en la larga mesa que nos habían preparado. La cena transcurrió con normalidad y después de esta fuimos a bailar en una de las discotecas que teníamos más cercanas.

Fue un cumpleaños increíble, recuerdo bailar y bailar con todos mis amigos y dar unos cuantos besos a cierto chico en especial. Llegue a casa de madrugada cuando ya amanecía, con cierto dolor de pies a pesar de haberme quitado los tacones, no obstante, no me importo en absoluto.

Esa noche soñé  con él, abrazados, besándonos,  conversando entre susurros que llegan al alma. Cuando todo pierde ya él sentido, solo se escuchaban el latir de dos corazones que bailan al compás, ya no existía nada más, solo nosotros dos.

Seguimos quedando por Barcelona, siempre acabábamos  tumbados en aquel parque cerca del mar, hablando, riendo de distintas situaciones y probando el sabor de esos labios que tanto me gustan.

Aun parece que fue ayer cuando empezamos a confesar sentimientos por whatsapp después de una de nuestras salidas.

Te busque durante mucho tiempo, creí encontrarte pero me equivocaba continuamente, perdí la esperanza, pensé que no estaba hecha para el  amor que todo  lo que había oído no era cierto y si lo era quizás no estaba destinada a ello.

Desterré todos mis sueños, escondí mis sentimientos  y mande al olvido todas mis ilusiones. Cansada de tropezar con piedras del camino, decidí dejar de escalar montañas y  alejar cuentos, promesas y fantasías.

Entonces  te encontré, y  cuando te encontré todo cambio.

Resulto que siempre había caminado a oscuras, apareciste  iluminado mi vida, todo  tiene ahora más sentido, los malos momentos  existen pero a tu lado todo parece desvanecerse.

Te das cuenta de que la espera merece la pena, aun tiemblo al recordar, aquel sábado 27 de abril cuando después de una finísima lluvia algo mojados, me hizo suya por primera vez.  Fue mi primera vez,  debo decir que jamás había sentido algo tan intenso, bonito y perfecto,  nunca olvidaré aquel día cuando después de apasionados besos debajo del paraguas, ocurrió este inmenso recuerdo tan y tan mágico. Aquellas primeras caricias, el abrazarnos desnudos temblando de placer, amarte sin barreras es  el momento más hermoso que he compartido con alguien.

El día 30 de abril ocurrió algo  muy  especial, comencemos a ser novios. Empezó a hablar sobre nuestra situación, que era lo que éramos: nunca fuimos dos amigos, tampoco un rollete, nos habíamos estado conociendo sí, pero era obvio que los dos sentíamos y necesitábamos más.

A partir de aquel momento, aquel chico formaría oficialmente parte de mi vida.

Des de entonces ha sido maravilloso, no todo es perfecto claro está, a veces discutimos, pero hasta ahora, las discusiones no han sido muy fuertes y aunque lo fueran si de algo estoy segura es que las solucionaríamos.

Nos han pasado muchas cosas juntos, esto no acabará aquí, es solo el principio, mi gran principio. Aquel  que cambió la vida de una chica que volvió a soñar. No es el final, solo una pequeña pausa, espero que esta historia sea tan larga como mi vida.

Amar es también saber perdonar, aprender de los errores  de uno y otro, quererlo deseando que se encuentre bien por encima de cualquier cosa.

Encontrar a una persona que te quiera  tal y como eres tú, sin querer cambiar nada de ti y tu hallar a ese alguien aceptándolo, quererle y comprenderle  por encima de todo, es la cosa más bonita que jamás me había pasado. Ahora sé que pase lo que pase y venga lo que venga lo solucionaré junto a él.

Continuará

Pd: Carinyo  ja  pots contar les paginetes, hi han 21 <3. Moltes felicitats amor meu, espero que aquests 21 siguin inolvidables i que  tots els teus desitjos i somnis es fasin realitat.  També que la nostra historia t’agradi i els altres regalets també. La teva novia que t’estima infinitament.


Abril

viernes, 13 de septiembre de 2013

Noche mágica

Hoy sales de fiesta con tus amigas y la verdad es que tienes muchas ganas, hace tiempo que no las ves y te apetece bailar cómo si nadie estuviera mirando. Así que te arreglas, no demasiado, y te diriges al punto de encuentro.

Durante la cena no paráis de contaros todo tipo de cotilleos del verano, risas y más risas. Vais a tomar algo y finalmente os dirigís a la discoteca. Ya has ido varias veces y te gusta bastante, seguro que esta noche valdrá la pena, o eso esperas. 

Sólo aterrizar en la pista empezáis a bailar dándolo todo. Suena la canción "Wonderwall" de Oasis, toca descansar un poco después de tanto meneo. Aprovechando el momento, un chico se acerca a una de tus amigas y empieza a hablar con ella, "es mono", piensas. Miras a su lado y ves al que parece su amigo, “dios, ¿que guapo, no?”. Te mira y te sonríe. “¿Me está mirando a mi? No es posible, ay madre.” Se acerca a vuestro grupo, y te empiezas a poner nerviosa. 

-¡Hola! Veo que mi amigo está con vuestra amiga. ¿Cómo os llamáis?- dice mientras se te queda mirando-. 
-Yo África, ella es Abril y ella Marta. Y tu, cómo te llamas? 
-¡Yo soy Álex! Y perdona si me confundo con los nombres, tengo un poco de memoria de pez. 

¿Eres tú o has sentido un flechazo? Nunca te había pasado, no así de fuerte. Él no deja de mirarte y eso te intimida. Se pone a tu lado y empieza a preguntarte cosas. Habláis y habláis durante lo que parecen horas. La música hace que tengáis que acercaros mucho cada vez que queréis decir algo, notar su respiración en tu oreja hace estremecerte. Tenéis tantas cosas en común que no acabas de creértelo, no puede ser tan perfecto. 

-Oye, ¿qué te parece si nos apartamos un poco de aquí? Me pareces una chica muy interesante y me encantaría conocerte un poco más. 

Aceptas encantada y os alejáis hacia un sitio más tranquilo. No paráis de hablar, la conexión que hay entre ambos es evidente. De repente os quedáis callados, él te está mirando a los labios, tú no puedes evitar hacer lo mismo, y surge, os besáis. Un beso tierno pero muy sexual, uno seguido de muchos. De repente, te mira fijamente, eso te pone nerviosa así que acabas tapándole los ojos con tus manos. 

-¡Eh! No hagas eso. ¿Sabes? Me tienes hechizado. No sé que me pasa, sólo sé que ahora mismo me pasaría toda la noche aquí a tu lado, en serio, eres preciosa. 
-Sí anda...no digas tonterías.
-Calla y bésame, no estropees la magia. 

Besos y más besos. Hacía tiempo que no sentías esa chispa al estar con alguien. ¿Habrá sentido él lo mismo? Es momento de volver a casa y llega la despedida. Él te pide tu número y promete hablarte para veros pronto. Os decís adiós con un bonito beso . No acabas de creer lo que ha ocurrido, ésto no te puede haberte pasado a ti. ¿Es un sueño y vas a despertar de repente, o qué pasa? 

Llegas a casa y te tumbas en la cama. Te cuesta dormirte porque no paras de pensar en él: sus ojos, su sonrisa, sus besos, sus carícias... Miras el móvil para saber que hora es y ves que tienes un mensaje nuevo de un número que no conoces. ¡Dios! ¿Será él? 

"Espero que hayas llegado bien a casa, yo ya estoy sano y salvo. Me ha encantado estar contigo esta noche. Besos de buenas noches. Álex" 

No puedes evitar sonreír. No sabes cómo acabará todo esto, pero tienes claro que algo especial ha surgido esta noche y no piensas dejarlo escapar, no esta vez.


.~África~.

domingo, 26 de mayo de 2013

Pasado pisado

Oír esa canción e inevitablemente, sin querer, acordarme de ti. Pasar por ese sitio e instantáneamente, recordar cada uno de los momentos vividos ahí, contigo. Recordar cada palabra, cada caricia, cada promesa, cada beso... ¿Dónde quedaron esos “para siempre”? ¿Y esos “no puedo vivir sin ti”?

Entonces, me hundo al pensar que todo eso fue un simple juego para ti. Que yo era una chica más, que cómo una tonta se creía todas y cada una de tus mentiras. Y que cuando tuviste la mínima oportunidad de huir, te fuiste para no volver.


Me odio a mí misma por seguir pensando en ti, por seguir esperando a qué vuelvas a mí. ¿Para qué? Si eso jamás ocurrirá. Quizás, ya sea hora de dejar el pasado enterrado, y de concienciarme que merezco algo mejor. Ahora toca ser fuerte y avanzar. Porque habrá mil mejores que tú, de eso estoy completamente segura. 




.~África~.

lunes, 20 de mayo de 2013

No lo siento

[Él era el chico malo, ella la chica buena. Estaban locos el uno por el otro, pero su amor les consumía.]


-Me gustaría pedirte perdón…

-¡Por fin!

-Déjame hablar, siempre igual… Mira… Acabo de darme cuenta que no quiero disculparme…porque no, no lo siento.

-¡Genial! Y, ¿qué pretendes? ¿Qué todo siga igual? Qué a pasar de todo lo que ha pasado…lo que has hecho…me quede aquí, tranquila, como si nada hubiera pasado… ¿Quieres eso?

-Sht. No he dicho que tengas que estar contenta por ello, simplemente digo que no lo siento. No siento ser cómo soy, porqué simplemente soy así… Soy egoísta. Siempre acabo tomando las decisiones incorrectas, y siempre…siempre… acabo haciéndote daño. Por eso, no soy bueno para ti. Tú te mereces algo mejor que yo... Tienes que alejarte de mí.

-Vale, perfecto…Pero ahora escúchame a mí. Yo tampoco lo siento… No siento haberte conocido… No siento que sólo tú hayas conseguido que me cuestione todo. Y que tú…Y sólo tú, hayas conseguido hacerme feliz en los momentos más complicados. Has sido…un capullo integral, sí. Y no has tomado las decisiones correctas, lo sé… Y de todas las que yo he tomado, quizás ésta sea la peor de todas…pero ¿sabes qué? No siento estar enamorada de ti… Te…quie…ro. 


.~África~.



                                           

domingo, 28 de abril de 2013

Te odio porque me encantas


¿Sabes? Odio no verte tanto como me gustaría. Odio que me saques de quicio con la más mínima tontería. Odio que te quedes a medias contándome las cosas y al final esquives el tema para acabar hablando de otra cosa. Odio tus jijiji. Odio que nunca me digas lo que sientes realmente. Odio que a veces pases un poco de mí. Odio que siempre acabemos posponiendo nuestras quedadas. Odio que seas tan sosito. Pero, ¿sabes porque te odio tanto? Porque a pesar de todo, me encantas y no puedo hacer nada para remediarlo.  


.~África~.