domingo, 9 de diciembre de 2012

No voy a rendirme


Las personas mienten. Los políticos mienten. Los amigos mienten. Dicen ser lo que no son; prometen solucionar los problemas del país cuando lo único que hacen es hundirlo más en la mierda; aseguran que siempre estarán ahí, pero mienten. La gente te decepciona, te hace reír, llorar, cuestionarte cosas. La gente espera cosas de ti y fingen estar decepcionados cuando los únicos que decepcionan a alguien son ellos a ti. La sociedad te repite constantemente “¡Eh, sé tú mismo!” pero luego te masacra con miradas de reprobación, como si salirse de la medida estándar fuese un pecado que ellos mismos te han impulsado a cometer. El mundo se te cae encima y tú no tienes el valor necesario como para decir “Párate, mundo; que yo me bajo de toda esta puta mierda”. La sociedad apesta. La justicia apesta. Para los profesores no somos más que la nota de un examen y para el mundo una hoja llamada Currículum Vitae. Entonces, ¿qué cojones estamos haciendo aquí? ¿Intentar ser positivos para que venga cualquier día el subnormal de turno a decirnos que todo nuestro trabajo no ha valido una mierda y que no valemos nada? Confiar en la gente está sobrevalorado y dar por culo está demasiado mal visto. Estamos acostumbrados a acatar lo que nos dicen, a mordernos la lengua hasta envenenarnos y a asentir con la cabeza cuando lo que entra por nuestros oídos es totalmente contrario a nuestros ideales. Estamos rodeados de profesores incompetentes, de jefes imbéciles y de adolescentes que se creen demasiado cuando no son más que un trozo de carne en medio de un mundo plagado por millones de personas. Somos las hormigas obreras de una gran civilización y no me importa cuántas veces intenten tirarme por tierra: no voy a rendirme.  Porque si luchas puedes perder pero si no luchas estás completamente perdido. 


.~África~.

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