lunes, 15 de octubre de 2012

El eco de un susurro perdido en el océano



Esta narración la escribí hace tiempo. Pero no me ha pasado a mi , es directamente producto de mi imaginación.

El sol parecía ya acunarse en las blandas y atolondradas nubes, que lo acogían dichosamente permitiendo que este derramara sus últimas cintas de rojiza seda sobre el azul del  mar. Calmado estaba en ese dichoso instante pues suave era el viento que se entretenía en suspirarle, como si dos enamorados fuesen.  Se amarían en silencio entonces, pues solo  los oídos inmortales podrían  reconocer tan perfectas palabras susurradas cual eco que rompe en las rocas, ajenas o tal vez recelosas por contemplar tan perfecta unión.

Mis ojos no han sido los únicos que los están mirando y aunque a nunca he cruzado palabra alguna con  los pequeños niños que construyen su última fortaleza imaginado ser así los reyes  de un gran castillo, mientras sus padres abrazados les dirigen su atención  admirando su pequeño gran tesoro.

A dos manos entrelazadas  que caminan despacio con pasos ya cansados por el largo recorrido de sus  vidas aunque en sus miradas se ve derrochar amor quizás como él primer día.

Una pareja joven también se encuentra en este precioso lugar, demasiado distraídos en juegos de miradas y sonrisas dedicándose así los primeros signos de amor.

Y yo, los contemplo a todos concentrada, ahora mirando otra vez el mar como si él pudiese devolverme la mirada….

Continuará
Abril

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