Cómo es que cada vez que hablo contigo me
olvido de todo… el dolor parece algo ajeno que pertenece a un pasado lejano.
Vuelvo a ser aquella niña inocente que suspira, risueña, pensando que quizás en
un futuro sea a mí la que cojas de la mano y la que besen tus labios.
Pero dudo… a veces pienso que eres solo una de
mis tantas fantasías, temo que no
entiendas la palabra que otro, cuando estuvo a mi lado no entendió “amor”.
A veces tengo la sensación de que quizás yo a
ti te guste, otras pienso que esta loca romanticona que ahora escribe se lo esté imaginando todo y
probablemente lo único que quieras vivir conmigo sea una bonita amistad.
Vuelvo a ver como mi corazón, al que hicieron
mil añicos intenta recomponerse y poco a poco entonar una preciosa melodía en
forma de palpitantes latidos que hacen recobrar de ilusión la calle gris en la
que me instalé a vivir.
Tal vez seas la tenue luz que ilumina el callejón
y poco apoco lo inunda de color ante estos ojos, de lagrimas saciados que
contemplaron durante demasiado tiempo un eclipse que muchos habían predicado
como inminente.
No sé, si serás como la luz de una estrella
fugaz que ilumine mi vida en un instante demasiado breve, si por el contrario
serás un fuego perpetuo que vaya creciendo,
cuyas chispas sean sentimientos
que se expandan sin miedo alguno.
Quisiera creer en esos cuentos de: por siempre
jamás, fueron felices y comieron perdices. Siendo nosotros dos, los
protagonistas… pero hasta ahora no he tenido demasiada suerte y creer en ellos
solo me ha hecho sufrir más y ver como estos se desvanecían llevándose con
ellos gran parte de mi felicidad.
Debo decir que por suerte, nunca estuve sola y
siempre me rodearon pocas, aunque gigantescas y maravillosas personas que
siempre me abrazaron y me hicieron sonreír.
No te quiero confesar nada, sé que muchas
veces mis formas y palabras me delatan pero aún es demasiado pronto, si ahora
sospechases que creo que me gustas, que haces que este volviendo a creer en un
sentimiento precioso… puede que huyeras de mí y de momento no estoy dispuesta a
permitirme volver a sufrir. No quiero perderte, no quiero que te alejes de mí.
Intentaré refugiar mis sentimientos y todo lo
que presiento que esta sucediéndome otra vez… Quizás algún día te confiese todo
o quizás nunca te enteres de nada…
Quien sabrá… al fin y al cabo
nadie puede tener por completo el futuro en sus manos.
Ojalá cupido nos lanzase 2 flechas...
Abril
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