Las personas mienten. Los políticos mienten. Los amigos
mienten. Dicen ser lo que no son; prometen solucionar los problemas del país
cuando lo único que hacen es hundirlo más en la mierda; aseguran que siempre
estarán ahí, pero mienten. La gente te decepciona, te hace reír, llorar,
cuestionarte cosas. La gente espera cosas de ti y fingen estar decepcionados
cuando los únicos que decepcionan a alguien son ellos a ti. La sociedad te
repite constantemente “¡Eh, sé tú mismo!” pero luego te masacra con miradas de
reprobación, como si salirse de la medida estándar fuese un pecado que ellos
mismos te han impulsado a cometer. El mundo se te cae encima y tú no tienes el
valor necesario como para decir “Párate, mundo; que yo me bajo de toda esta
puta mierda”. La sociedad apesta. La justicia apesta. Para los profesores no
somos más que la nota de un examen y para el mundo una hoja llamada Currículum
Vitae. Entonces, ¿qué cojones estamos haciendo aquí? ¿Intentar ser positivos
para que venga cualquier día el subnormal de turno a decirnos que todo nuestro
trabajo no ha valido una mierda y que no valemos nada? Confiar en la gente está
sobrevalorado y dar por culo está demasiado mal visto. Estamos acostumbrados a
acatar lo que nos dicen, a mordernos la lengua hasta envenenarnos y a asentir
con la cabeza cuando lo que entra por nuestros oídos es totalmente contrario a
nuestros ideales. Estamos rodeados de profesores incompetentes, de jefes
imbéciles y de adolescentes que se creen demasiado cuando no son más que un
trozo de carne en medio de un mundo plagado por millones de personas. Somos las
hormigas obreras de una gran civilización y no me importa cuántas veces
intenten tirarme por tierra: no voy a rendirme. Porque si luchas puedes perder pero si no
luchas estás completamente perdido.
.~África~.
.~África~.
No hay comentarios:
Publicar un comentario