Cuando te encontré
Prólogo
Carinyo, el dia 28 fas 21 anyets i si estigués a les
meves mans et regalaria tota la felicitat del món. Des de que vas
aparèixer la meva vida va fer un canvi radical, mai m’hauria
imaginat que un dels meus somnis es fes realitat, TU. Potser algun dia publicaré
aquesta historia però ho faci o no, el
meu protagonista ha de tenir el seva versió.
Hacía mucho
que no escribía, no he tenido demasiado tiempo aunque tampoco pretendo justificarme,
si hubieron momentos no supe encontrarlos. La verdad es que mi vida en estos
momentos… es diferente a la de hace algunos meses, nadie puede llegar a
imaginarse lo feliz que soy.
Bueno no
me prolongaré poniendo excusas, creo
que ha llegado el momento de explicar la
verdadera historia, mi historia, la de aquella chica que escribía: el amor es
un bonito sueño, uno perfecto, ojala lo encuentre pero quizás solo sea eso...un
magnifico sueño.
Pero la
realidad y el destino siempre se guardan un as en la manga y decide
ponernos a prueba rompiendo nuestros
esquemas
Todo comenzó hace ya casi 6 meses…
Un día por
la noche, salí de fiesta con algunos amigos. África y yo comenzamos a comentar
lo mal que habían funcionado nuestras vidas amorosas hasta aquel momento. Lo
cierto sería decir que no dejábamos títere con cabeza sobre el sector de tres patas de nuestra especie. Un buen
amigo que escuchaba nuestra animada y profunda conversación decidió
intervenir. Él comentaba y con bastante
razón que no todos los hombres eran iguales.
Jamás me
habría imaginado como acabaría aquella charla enmarañada de tan distintas
opiniones.
Nuestro
amigo se dirigió a mi concretamente (supongo que por ser la que más calladita
estaba, irónicamente hablando). Me dijo:
Abril, creo que deberías conocer a alguien, verás tengo un amigo y creo que por
lo que explicas es algo así como tu chico ideal. Yo al principio lo miré un
tanto escéptica, supongo que algo
cansada de mi suerte hasta aquel momento.
Comenzó a
hablarme de su amigo y debo decir que capto toda mi atención, tenía ganas de
conocer al chico que describía pero veía difícil llegar a conocerlo. Lo que yo
no me esperaba es de que mi amigo empezará a hablar a su amigo de mí por WhatsApp. Y yo, entusiasmada por el momento, acabaría proponiendo
hacernos una foto para que su amigo nos viera.
No me
planteaba que su amigo pudiera pensar, que una pobre chica loca, lo intenta
acosar. Bueno… tal vez un poco… vale… mucho.
La cosa es que
al final los dos dijimos: a ver, si un día de estos en alguna fiesta con más amigos,
nos pudiésemos conocer.
Fue todo un
poco locura, una divertida pero a la que
tampoco das mucha importancia a causa
del: momento, nervios, precipitación y supongo que al ser algo demasiado
inesperado que no contabas con que sucedería.
Al día
siguiente pasó algo, me había agregado al Facebook. Recuerdo que pensé: debe imaginar
que estoy desesperada, que soy una salida o la opción más probable, mi amigo le ha insistido más de la cuenta en que
tiene que conocerme.
No deseaba
que el conocernos fuera una obligación, tampoco que se sintiera presionado, ni que creyera que estoy desesperada o que soy
una devora-hombres (no lo estaba y tampoco lo soy, pero me apetecía conocerlo).
Entonces
decidí enviarle un mensaje, recuerdo que le escribí algo parecido a esto: Sé
que esto de conocernos tan deprisa te resultara extraño, perdona si te ha
molestado tanta insistencia por parte de nuestro amigo. Él me habló muy bien de
ti y la verdad que le dije que haber si algún día te trae a alguna de nuestras salidas, por lo
que me han explicado pareces muy buena persona, espero que no te haya parecido
todo demasiado extraño.
La respuesta
no tardó en llegar y comenzamos a hablar cada día un poquito.
Hubo un
domingo que me pasé horas hablando con él por el Facebook, explicándonos
supongo que pequeños recortes de nuestra vida.
La verdad es
que me gustaba hablar con él, me encantaba abrir el teléfono y ver que me había
un mensaje suyo, nunca habría podido imaginar lo difícil que me resultaría
pasar un día sin noticias suyas y que mi parte preferida del día se
transformaría en la que estuviésemos juntos.
Supongo que
todos aquellos pequeños momentos en los
que pasas con la persona que amas
se transforman en algo mágico, instantes en que la felicidad parece cubrir cada
poro de tu piel y arroparte, es entonces cuando descubres que jamás olvidaras
aquellos instantes porqué ya han sido
gravados muy dentro de ti.
El caso es
que cada vez hablábamos más y un día me propuso quedar y conocernos en persona. En seguida le dije
que sí.
Quedé con él
un sábado, sábado 9 de abril y creo que jamás olvidaré el momento en él que lo
vi por primera vez. Yo estaba algo nerviosa, fui chocando con la gente
porque habíamos quedado en Barcelona y
al ser la última parada del trayecto del tranvía, la gente se dirigía ajetreada
hacia las puertas. Salí e iba a enviarle un mensaje diciéndole que ya había
llegado, entonces sucedió.
Lo vi llegar
corriendo y con su sonrisa, supongo que un poco desconcertado
como yo por la situación y los nervios del momento. Entonces me miro con esos
ojos verde azulados que tanto me gustan, una parte de mi quedó presa en aquella
mirada.
Nos
saludamos con dos besos en la mejilla, recuerdo las primeras palabras que
crucemos con nervios los dos, eran
tímidas e indecisas. Dijimos algo acerca de lo curioso que era todo. Yo, me sonroje cuando el pregunto el motivo
del porqué había querido conocerle.
Creo que aquel
día batimos un record sin saberlo, sin proponérmelo era de las veces que más
rápido había caminado por Barcelona, supongo que el también debió pensar en que
íbamos un tanto rápido. Enseguida me
propuso ir a tomar algo en un Starbucks cercano.
Como buena
adicta a la vainilla, la primera de las
normas es: jamás renuncies frapuccino de vainilla. Subimos a la planta de
arriba del establecimiento y continuamos
con nuestra animada charla, a veces
con más vergüenza y otras como si
no fuéramos dos extraños, sino dos personas que llevaban mucho tiempo
esperándose.
Me comento
que nuestro amigo se había ido de la lengua y le había dicho algo que yo le
había preguntado sobre él. En aquel momento pensé en asesinar a alguien, pero
hubiera preferido que se me tragara la tierra por un instante. Nuestro amigo se
le había escapado comentar que yo le había preguntado, acerca de que
intenciones tenía él conmigo en aquella
cita.
Después de
aquel incidente, decidimos que pasará lo
que pasara, a partir de ahora sería mejor preguntarnos las cosas directamente.
Acabamos
nuestras bebidas y decidimos dar otra
vuelta. Mientras tanto, las calles se teñían de oscuro, en Barcelona anochecía, pero era todo más mágico
y especial que el resto de noches en la espléndida ciudad.
Ese día
hablamos y hablamos sobre todo él, no
paraba de narrar diferentes detalles sobre su vida, forma de ser….me gustaba,
me atraía como era, lo que explicaba.
Me llevo a
cenar a un japonés, como a mucha gente
me encanta la soja y me entusiasmo la idea. Lo que no oculte demasiado fue mi gran
agilidad con los palillos, enseguida me puse pérdida de soja, cuando tiré
precipitadamente todo el sushi al recipiente de soja y está aterrizo sobre mi
camisa. Él se intentó controlar pero los dos acabamos a carcajadas. Me encanto
escuchar aquella risa contagiosa y alegre.
Acabemos de
cenar entre risas, comentarios y verdades que contábamos aprendiendo uno del
otro a pasos de gigante, diferentes y
parecidos al mismo tiempo, la ecuación tantas veces contada, la que ahora
aparecía en mi vida y comprendía a la perfección.
Aun me
parece escuchar una de las grandes frases que él pronuncio aquella noche: a
esta cena invito yo, pero si tú
quisieras podríamos quedar otra vez y así me devolverías la invitación. Sonreí, puse la mejor de mis sonrisas como si
me acabaran de decir que sostenía toda la felicidad del mundo entre mis manos.
Nunca me ha
gustado demasiado que me invitaran, siempre he sido de las que querían ir a
medias con las compras, regalos, cenas… Pero me pareció un detalle muy bonito
por su parte y la idea de la segunda cita era
justamente lo que en ese momento deseaba, tampoco me habría parecido mal
dar un beso a aquellos labios. Me atraía y fascinaba, más que cualquier otra
persona que hasta ahora hubiera conocido.
Le dije que
estaría encantada de volver a quedar con
él y que por supuesto invitaría yo. Comenzaba a preguntarme como volvería a
casa puesto que yo no vivo en la ciudad, enseguida afirmo que me acompañaría a
casa y que por mucho que insistiera en
que no hacía falta, no cambiaría de opinión.
Paseamos por
las calles, no hacia demasiado frio, por suerte ya estábamos en primavera, aun
así tuve que ponerme la chaqueta. Esta vez caminábamos más despacio y también
más pegados quizás por la suave brisa que recorría las calles, aunque tal vez
no fue por eso...
Después de
caminar y pasar por un par de calles nos
detuvimos en un edificio, sus ojos brillaron y de nuevo me dirigió esa mirada
suya, enseguida me dijo que él vivía allí,
tal y como yo imaginaba. Abrió la puerta
del parking y enseguida me enseño su coche.
Sonrió al enseñármelo y por primera vez lo vi muy sonrojado, su coche
tenía prácticamente nuestra edad. Y
vuelvo a repetir tenía... pero eso es otra historia.
Entramos en
su coche y comencé a reírme una vez más, estaba lleno de raquetas, bambas
y curiosamente cada vez que examinaba el
coche y veía aquel desorden, más rojo se
ponía él y yo más me reía. En fin… un bucle, uno encantador que
inmediatamente llego a su fin
cuando el motor ronroneo, bueno más
bien hizo un gran ruido…quizás más parecido a un fuerte ronquido.
Me sentía
cómoda, había algo en él en esa mirada
que me hacía sentirme como si ya nos conociéramos, como si siempre hubiésemos
estado juntos, fui guiándole durante un buen rato hasta llegar a mi casa.
Paro el
coche, yo le comente, de que en pocos días celebraría mi cumpleaños y que me
encantaría que viniese a la fiesta.
Muchas
personas, pensarían que me precipitaba al invitarlo a algo tan personal, cuando
solo hacia un día que lo conocía y era poco tiempo el que llevábamos hablando.
A todas ellas les diría: la vida a veces está plagada de momentos en los que no
sabes que ocurrirá, pero si no te arriesgas jamás podrás responder a la pregunta: ¿qué habría
sucedido si…?
Ojala todos
los riesgos que corremos a lo largo de nuestra vida, fueran tan pequeños o
resultaran tener tan magnifico final.
Después de
hablar un poco, recuerdo que lo miré, lo vi acercarse, mi corazón empezó a latir más fuerte, todo dejo de existir, solo estaba él. Se acercó más y más. Cada poro de mi piel se
sonrojo, mi respiración se aceleró y el tiempo pareció detenerse, solo deseaba
besar esos labios que ya estaban rozando
los míos.
Fue un beso
suave, inocente, quizás algo torpe y juguetón pero diferente, era distinto al
resto y que lo fuera me atrapo. Algo en mi interior cobró vida, todo había
cambiado. Yo era la misma de hacía unos minutos
o tal vez…no.
Nos
despedimos con la promesa de un mañana cercano y yo baje de aquel coche y flotando
entre nubes, llegué a mi habitación. A mis padres esa noche, no sé si les hicieron falta muchas respuestas… la
gran sonrisa que cubría mi rostro delataba cada efímero detalle de aquella noche.
Me deje caer
en la cama, no sin antes hablar con mi
mejor amiga y agradecerle que también me hubiese animado a ir.
Miré mi
móvil, le pregunté si había llegado a su casa, pensé en que quizás estaba de
camino, así que cogí el móvil para escuchar
música, apareció una de mis canciones
preferidas y todo encajo, la canción se transformó en realidad.
The day we met,
Frozen I held my breath
Right from the start
I knew that I'd found a home for my heart...
... beats fast
Colors and promises
How to be brave?
How can I love when I'm afraid to fall?
But watching you stand alone
All of my doubt suddenly goes away somehow
One step closer
I have died everyday waiting for you
Darling don't be afraid I have loved you
For a thousand years
I'll love you for a thousand more
El móvil
vibro y enseguida recibí su mensaje, diciéndome que ya había regresado a casa y
que le había encantado estar conmigo.
Algo hizo
click dentro de mí, lo que había soñado,
el tiempo que había esperado, todo lo que contaban aquellos libros, películas,
canciones… Todo era cierto y ahora era real.
El fin de
semana paso y cada vez sentía algo más especial, un sentimiento único era algo
tan distinto a todo lo que había sentido. Mucha gente dice que la primera cita
es siempre la que tiene más encanto. Yo no podría distinguir cuál de las dos citas
fue más especial, no creo que ninguna de nuestras citas haya perdido encanto.
Siempre se
recuerda la primera porqué así fue como
nos conocimos y toda historia tiene su:
Erase una vez. Pero todas las veces que
he quedado con él, no han dejado de ser especiales.
La segunda vez que nos vimos, el vino a
recogerme a la universidad yo por el impulso al verlo quise darle un beso, el vergonzoso por la gente que
nos miraba, se apartó, acabe dándole un
beso en la mejilla. En aquel momento me resulto extraño, no comprendí
porqué se alejaba. Y ese pequeño detalle me hizo sentir algo
triste. Aunque en seguida pensé en hablarlo más tarde.
Caminemos
tranquilos durante unos pocos minutos,
fue él quien hizo que el silencio se desvaneciera. Me dijo que sabía que
le había querido dar un beso pero que al estar rodeado de
posiblemente conocidos míos y al ser solo la segunda vez que quedábamos,
prefería ir despacio.
Aquella
repuesta convenció una parte de mí,
aquella mitad que decía que tenía razón al pensar que era un poco pronto, a la
otra decidí ignorarla, solo por esta vez.
Siempre me
había importado, la opinión que tenía la
gente sobre mí. Un día harta de pensar en estos, decidí poner punto y final, a
partir de aquel entonces, no me
intentaría lo más mínimo, por no
decir una… Bastante complicada es la
vida, como para estar pendiente de gente a la que no importas en absoluto, más
que para hacer salir algún estúpido comentario de sus gigantescas bocas.
Cogimos el metro y acabamos
por las Ramblas, en seguida se hizo la hora de comer y esta vez invitaba yo, pero como yo y mi gran orientación
no nos acabamos d llevar bien, él me sugirió un barecito dónde preparaban unos riquísimos
bocadillos calientes.
Acabemos de comer otra vez entre risas, preguntas y palabras
sinceras. Después de comer fuimos caminando
hasta llegar a la zona del maremágnum, allí había un jardín con césped
donde mucha gente paraba a tomar el sol.
Decidimos tumbarnos en una zona
donde había un poquito de sombra. Recuerdo la calidez de sus labios,
como nos abrazábamos por primera vez,
sus brazos estrechándome y la sonrisa
que se formaba en su rostro cada vez que nos separábamos. Las palabras
temblorosas y tímidas que pronunciábamos.
No existía nadie ni nada más.
Los minutos y horas pasaban rápido, tanto que la hora de la
despedida llega siempre con demasiadas prisas. Antes de irnos volvimos a hablar de mi cumpleaños, quedaban
muy pocos días para cumplir los 21 y yo cada vez tenía más ganas de celebrarlo,
no solamente por ver a todos mis amigos.
Cada día hablábamos, nos
preguntábamos por nuestro día, lo que había sucedido. Finalmente llego el día 19, mi
cumpleaños. Después de 2 o 3 horitas en la universidad, de una
comida con mis padres y hermano también
de varias felicitaciones de familiares, amigos y conocidos, llego la tarde y
ella atrajo a la tan esperada noche.
Esa noche me arregle un poco más de lo habitual, me recogí el
pelo con la ayuda de mi madre en una
especie de moño trenzado y cogí del
armario el vestido azul que había reservado para aquel día, junto a unos
taconazos sobre los que probablemente no
duraría demasiado rato.
Quede con África antes
que con el resto, ella me había preparado un par de regalos y detalles de esos
que aunque pasen años consigues recordar con facilidad. Después fuimos hasta el
restaurante donde habíamos quedado con el resto.
Mis amigos fueron apareciendo aunque su puntualidad al igual que la de mi protagonista, no es una
de sus virtudes, fueron llegando y ya
adivinareis quien vino el último.
Cuando lo vi me levanté
de inmediato, tenía mis dudas:
como saludarle delante de todos, presentarlo, que decir a mis amigos… Pero como
siempre, con él todas mis dudas se desvanecen, me abrazo, nos miramos, sonreímos
y entonces me beso. Un beso mágico, que
consigue que alcances una realidad distante a la presente. Después de esto ya
no hizo falta aclarar mucho más.
Se sentó junto a mí en la larga mesa que nos habían preparado.
La cena transcurrió con normalidad y después de esta fuimos a bailar en una de
las discotecas que teníamos más cercanas.
Fue un cumpleaños increíble, recuerdo bailar y bailar con todos
mis amigos y dar unos cuantos besos a cierto chico en especial. Llegue a casa
de madrugada cuando ya amanecía, con cierto dolor de pies a pesar de haberme
quitado los tacones, no obstante, no me importo en absoluto.
Esa noche soñé con él,
abrazados, besándonos, conversando entre
susurros que llegan al alma. Cuando todo pierde ya él sentido, solo se
escuchaban el latir de dos corazones que bailan al compás, ya no existía nada
más, solo nosotros dos.
Seguimos quedando por Barcelona, siempre acabábamos tumbados en aquel parque cerca del mar,
hablando, riendo de distintas situaciones y probando el sabor de esos labios
que tanto me gustan.
Aun parece que fue ayer cuando empezamos a confesar sentimientos
por whatsapp después de una de nuestras salidas.
Te busque durante mucho tiempo, creí encontrarte pero me
equivocaba continuamente, perdí la esperanza, pensé que no estaba hecha para
el amor que todo lo que había oído no era cierto y si lo era
quizás no estaba destinada a ello.
Desterré todos mis sueños, escondí mis sentimientos y mande al olvido todas mis ilusiones.
Cansada de tropezar con piedras del camino, decidí dejar de escalar montañas
y alejar cuentos, promesas y fantasías.
Entonces te encontré,
y cuando
te encontré todo cambio.
Resulto que siempre había caminado a oscuras, apareciste iluminado mi vida, todo tiene ahora más sentido, los malos momentos existen pero a tu lado todo parece
desvanecerse.
Te das cuenta de que la espera merece la pena, aun tiemblo al
recordar, aquel sábado 27 de abril cuando después de una finísima lluvia algo mojados,
me hizo suya por primera vez. Fue mi
primera vez, debo decir que jamás había
sentido algo tan intenso, bonito y perfecto,
nunca olvidaré aquel día cuando después de apasionados besos debajo del
paraguas, ocurrió este inmenso recuerdo tan y tan mágico. Aquellas primeras
caricias, el abrazarnos desnudos temblando de placer, amarte sin barreras
es el momento más hermoso que he
compartido con alguien.
El día 30 de abril ocurrió algo
muy especial, comencemos a ser
novios. Empezó a hablar sobre nuestra situación, que era lo que éramos: nunca
fuimos dos amigos, tampoco un rollete, nos habíamos estado conociendo sí, pero
era obvio que los dos sentíamos y necesitábamos más.
A partir de aquel momento, aquel chico formaría oficialmente
parte de mi vida.
Des de entonces ha sido maravilloso, no todo es perfecto claro
está, a veces discutimos, pero hasta ahora, las discusiones no han sido muy
fuertes y aunque lo fueran si de algo estoy segura es que las solucionaríamos.
Nos han pasado muchas cosas juntos, esto no acabará aquí, es
solo el principio, mi gran principio. Aquel
que cambió la vida de una chica que volvió a soñar. No es el final, solo
una pequeña pausa, espero que esta historia sea tan larga como mi vida.
Amar es también saber perdonar, aprender de los errores de uno y otro, quererlo deseando que se
encuentre bien por encima de cualquier cosa.
Encontrar a una persona que te quiera tal y como eres tú, sin querer cambiar nada
de ti y tu hallar a ese alguien aceptándolo, quererle y comprenderle por encima de todo, es la cosa más bonita que
jamás me había pasado. Ahora sé que pase lo que pase y venga lo que venga lo
solucionaré junto a él.
Continuará
Pd: Carinyo ja pots
contar les paginetes, hi han 21 <3. Moltes felicitats amor meu, espero que
aquests 21 siguin inolvidables i que
tots els teus desitjos i somnis es fasin realitat. També que la nostra historia t’agradi i els
altres regalets també. La teva novia que t’estima infinitament.
Abril